dijous, 23 de setembre del 2010

Entras en mis brazos como un ángel que se estanca entre mis dedos,
me sometes a la burla  y a veces al deseo,
no te encuentro entre montañas de hojalata y mi seco,
si te veo te me escapas y me dejas con tu aliento.
Solamente necesito que me abraces con esmero,
que me hables al oído y que me cuentes tus lamentos,
me conformo con rozarte día a día y no te miento
si te digo que me cuesta reventarme el pecho.


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